«EUROPA SÉ TÚ MISMA» (Juan Pablo II)
9 de noviembre de 1982
CERRAR LA PUERTA AL SEÑOR DE LA VIDA, JESUCRISTO, IMPLICA ABRÍRSELA AL SEÑOR DE LA MUERTE, EL DIABLO.
POR ESTA RAZÓN, ENTRE LA VIDA Y LA MUERTE, ES DECIR, EN PERMANECER VIVO O MUERTO SE DEBATE NUESTRA EXISTENCIA.
LO NATURAL ES QUERER LA VIDA POR SER BELLA, ALEGRE Y DIÁFANA; A LA VEZ, DESPRECIAR LA MUERTE POR SER FEA, TRISTE Y OSCURA.
CREER, ESPERAR Y AMAR A CRISTO IMPLICA RENUNCIAR A LA TRANSITORIEDAD Y CADUCIDAD DE LA MUERTE, PARA VIVIR DE, Y, PARA LA ETERNIDAD.
HEBREOS 2, 14-15. Por tanto, lo mismo que los hijos participan de la carne y de la sangre, así también participó Jesús de nuestra carne y sangre, para aniquilar mediante la muerte al señor de la muerte, es decir, al diablo, y liberar a cuantos, por miedo a la muerte, pasaban la vida entera como esclavos.
EUROPA DEBE PERMANECER CON LAS PUERTAS ABIERTAS A CRISTO, DE LO CONTRARIO, LAS ABRIRÁ A LA MUERTE.
¡ INMACULADO CORAZÓN DE JESÚS TEN PIEDAD !
¡ INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA CONVIÉRTENOS !DESCANSEN EN PAZ, LOS MUERTOS Y LOS VIVOS.