LO QUE MÁS VALORO: LA LIBERTAD.
LO QUE MÁS ADORO: LA VERDAD.
LO QUE MÁS AMO: JESUCRISTO.
Prácticamente desde que nací me fueron enseñando que la música, además de alegría, sería el remedio para mi desencanto, tristeza o falta de libertad, etc.
Por eso mi vida viene viene siendo como un canto continuado a la Verdad que adoro y a la libertad, a la que doy el máximo valor.
No a una libertad de elección, para pensar y hacer lo que me plazca, no; me refiero a la libertad que me capacita a reconocer y agradecer lo que otros pensaron e hicieron, para ayudarme en mi peregrinar durante cuarenta y ocho maravillosos años de existencia.
Reconozco y agradezco al Señor el derroche de bondad, belleza, alegría (también de sinsabores), con los que fui bendecido.
Y llegó el sosiego y el descanso por encontrar su Verdad que hice mía. No se trata de una verdad, de tantas sino La Verdad universal y absoluta: Jesucristo. Se trata de una Verdad que en vez de juzgarte y condenarte, te ilumina y te eleva a una dignidad de su poder y de su gloria.
Quedaron bajo mis pies las falsas promesas y mentiras. ¡Cuanta paz y alegría me llenaban por dentro gritando desde lo profundo de mi sin voz: ¡Esto es lo que más debo adorar, LA VERDAD!
Que deseo incontenible de ser sincero, transparente y veraz. Seré apóstol de la VERDAD, y procuraré ser transparencia de ti Jesús.
¡Oh Señor inquieto y andariego! Buscas a quien se deje encontrar, y sanas a quien se deje curar, por tu amor.
Me siento bien encontrado y en proceso de curación por ti. Esta es la causa de mi alegría, y por consiguiente, las ganas cantar, y el deseo, hasta dolerme, de todos te encuentren y puedan ser sanados.
Sanar, para vivir convencidos, de que viviremos siempre porque la muerte no existe: ¡somos eternos, existe el cielo!
Predicaré cantando y alabaré predicando, quién es mi amor y mi esperanza; todos deben saber que lo que más amo es Jesucristo.